II
Te espío mientras reina
el mar inexplicable de la noche
y la luna del llanto
ilumina mi piel de eterna virgen.
Duermes y se desboca cada sueño.
Un eclipse cubierto de distancia
me devuelve tu sombra,
tus ojos claudicados en la espera
y la oscuridad curva de tus labios
desenlazando espejos.
Ahora puedo sentirte
y mi cuerpo está ausente de tus huellas.