temo el regreso de la oscuridad.


Limonada y horizontes

Te debo muchas noches que no hemos compartido,
muchas tardes pensando en el trabajo
y mañanas de prisas y de agobios.
Te debo mil palabras, mil versos, mil canciones,
todo lo que he sentido,
todo lo que he esperado más allá de los sueños,
más allá de esta casa que nos puebla,
de este sillón, de toda la costumbre
que solemos llamar monotonía.
Te debo la amistad,
te debo el miedo
de conjurar la ausencia de tus brazos.
Te debo el hoy, el antes y el mañana
de una noche sin nombre ni principio
que hilvanará este agosto en mi conciencia.

el caso es andar.


mis olivos.


labios... amor.


Tus ojos son más ciertos
en las noches de agosto,
cuando hay un mar de estrellas
que acerca sus orillas
al bies de tu mirada;
cuando el humo concreto
de cansados cigarros
hacen brillar protestas
de párpados insomnes;
cuando la inquieta sombra
de tus altas pupilas
se abandona a un recuerdo.
Tus ojos son más ciertos
mirándose en mis ojos
como si en algún margen del libro del destino
alguien hubiese escrito, 
más allá de esta cárcel,
tu nombre entrelazado con mi nombre.

...yo troncos, frutos y flores, ella riega lo escondido.


being water.



Quiero ser una de ellas.
Una de esas mujeres que has amado
quizás solo una noche.
Una de las que hicieron de tu espalda
un circuito cerrado de caricias,
de las que desdoblaron
un pulso de saliva por tu cuello,
cincelaron tu pecho con su tacto
e incendiaron cenizas en tus ojos.
Quiero sentir desnudo tu desnudo,
al menos una vez,
al menos una.