mientras cierras la noche 17.


XVII

Desnuda la amenaza de desvanes,
el filtro de mis pulsos. Tu presencia,
enredadera o látigo, violencia,
jadeo de lascivos leviatanes.

Convulsos se desatan los hilvanes
de mi túnica. Lenta transparencia
de altiva sombra, cárcel de la ausencia.
Arden entre mis labios huracanes.

Sobre la balaustrada de este lecho,
secretos derramados en crecida,
un filtro de locura, tigre, acecho.

Mi cuerpo de vestal, la seda huida,
buscará el desenlace de tu pecho
y esperará la audaz acometida.