mientras cierras la noche 13.


XIII

Te espera mi cintura
empapada de estrellas y de noche,
y el fuego se devana
en la distancia azul de la caricia;
ven a posar tu piel
sobre el cáliz de vida que se enciende
debajo de mi pecho
y dibuja el placer
en surcos de lascivia y madrugada.

Y cuando la palabra se haga carne
y no nos quede más con qué querernos,
volveremos a ser
como el llanto cansado de los dioses
o esa lujuria triste de la luna
después de haber amado.