De ti sé lo imposible de tenerte,
lo insoportable del descubrimiento,
lo irrepetible de nuestras palabras,
lo indispensable de tu cercanía,
lo negro del dolor,
lo fiel del llanto.

De ti tengo lo extraño de quererte,
la belleza infantil de tu mirada,
la ajena percepción de tu caricia,
el largo anochecer sobre tus ojos,
el impensable amor,
mi frágil sueño.

De ti me falta el cuerpo estremecido,
el privado murmullo de las noches,
la desnuda silueta de tu abrazo,
la oscura soledad que no compartes,
el vivo corazón,
la eterna alma.

Y en el vacío espacio de tu ausencia,
tu nombre se hace carne
y muere el día.