Tus ojos son más ciertos
en las noches de agosto,
cuando hay un mar de estrellas
que acerca sus orillas
al bies de tu mirada;
cuando el humo concreto
de cansados cigarros
hacen brillar protestas
de párpados insomnes;
cuando la inquieta sombra
de tus altas pupilas
se abandona a un recuerdo.
Tus ojos son más ciertos
mirándose en mis ojos
como si en algún margen del libro del destino
alguien hubiese escrito, 
más allá de esta cárcel,
tu nombre entrelazado con mi nombre.