Si no puedes quererme,
regálame las hojas de este otoño
como una alfombra triste de verdes naufragados.

No lloraré, lo juro.
Los días van cansados de postales
y hace ya mucho tiempo que levanto
un castillo de lluvias para pasar diciembre.

Luego déjame sola. No preguntes.
Madrid no tiene nombres para los sentimientos.