Me entristece pensar lo que no digo:
los cientos de palabras
que se atropellan mudas en mi mente
cada vez que te tengo;
palabras que son vida
y son futuro
y son inspiración
y hasta son magia…
Palabras con tu cuerpo como meta,
con tu aliento, tus ojos y tus labios
como materia prima,
con tu alma
como esencia y motor,
con tus palabras
como verbos y como sustantivos.
No digo tantas veces tantas cosas…
Te miro y me entristezco, simplemente,
al no encontrar la forma, la poesía
del mar, de la montaña, de la noche,
de todo lo infinito…