Soy nada en este espejo de silencios.
Soy tu nombre callado,
tu sonrisa
mil veces desvestida de distancia,
tus ojos, como lagos infinitos,
fríos de eternidad,
claros de ausencia.
Soy tu cuerpo abrazado en el olvido,
soy la noche que llora en los portales,
soy la tristeza ardiendo,
el llanto que proclama tus palabras
y ese viento en la piel,
que te acaricia
y busca el precipicio de tus labios.
Ya nada soy sin ti,
se ha roto el tiempo
y el miedo ha asesinado sus respuestas.